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RECUPERACIÓN DEL CAMPO DE MAMÁ (Escrito en el 2003)
Cuando mis abuelos maternos ( Juan Ordoqui y María Rosa Goyeneche y Bide) murieron, mi madre heredó una sexta parte. (alrededor de 500 has.)
Siendo ella una mujer separada de hecho de su marido, cuando lo recibió prefirió alquilarlo, a trabajarlo por su cuenta. Muy razonable actitud , pero después que PERÓN llegó al poder, congeló los alquileres de las casas y campos. Con ello, no se podía terminar los contratos de arrendamientos, cuando caducaban, y el inquilino podía quedarse pagando casi lo mismo, hasta 8 años más.
Resultado: mi madre murió , y el campo seguía ocupado (año 1949)
Después de varios años de litigios, en 1960 , 11 años después, finalmente pude tomar posesión del campo.
Los bancos, en aquella época, solo daban crédito para plantar trigo, y yo por aquel entonces, no disponía de dinero para trabajarlo. Entonces nos pusimos a ello; con la tierra sin rotar, habiendo soportado 9 años de ganado, la tierra estaba tan dura y apisonada , que hubo que arar 2 veces para que se pudiera sembrar.
Sembramos y esperamos ......
Pero, como estaba el campo sin ningún árbol, era la imagen de la desolación. Las dos estancias que había: FUERTE PAZ y EL CARMEN les había tocado a otros hermanos, y yo quería que eso cambiase. Por eso me dediqué, durante los primeros meses a plantar arboles.
Planté 1000 eucaliptos, 25 cedros y para la entrada unos cedros muy bonitos para guiar el camino. Lamentablemente los resultados que esperábamos de la cosecha no fueron buenos. Esperábamos 25 bolsas por hectárea y solo recogimos 5. Y nos tocó, la sequía más grande en 70 años. Había que circular con las luces de día, por el polvo que había. Así que terminada la cosecha con muy magros frutos, había que devolver el dinero al banco. Le pedí yo a mi padre si me podía prestar el dinero. Y mi padre me contestó que el campo era mío y que yo ya tenía edad para ser responsable de mis propios actos. (tenía 30 años, fue en 1960). Resultado: Hubo que vender el campo para devolver el dinero al banco. Lo que me trajo mucha tristeza, porque yo había pasado los primeros trece años de mi vida allí en los veranos, y le tenía muchos buenos recuerdos.

15-Feb-2003

Querida familia:

Trataré de relatar con la mayor sencillez todo lo que me acuerde de mi familia TREFAULT y ORDOQUI.
A fines de 1890......vivían en la Argentina mis bisabuelos Martin Ipharraguirre y Pascale Bertceche. De esa unión nacieron 7 vástagos, siendo mi abuela Lorraine ,la mayor.

Cuentan que cuando ella y sus 3 hermanas mujeres: Francoise, Sebastienne y Marta estaban en edad de casarse, mi bisabuela Pascale, que para esas fechas había quedado viuda, consultó a sus abogados y administradores, para que, cuando supiesen de algún pretendiente interesante y de buena familia, se lo hiciesen saber.

Pocos años antes de esas fechas, arribó a Buenos Aires, un señor francés, llamado Adolfo Trefault, que también conocía a los señores Herrera Vegas y Navarro Viola.
Este señor, que no llegué a conocer, tenía una prospera curtiembre en Buenos Aires, y también había manifestado a sus abogados, que habiendo hecho alguna fortuna, deseaba establecerse en Bs.As. y casarse con alguna niña de buena familia.
Fue por ese entonces que mi abuela Lorraine y mi abuelo Adolfo se casaron. De esa unión nacieron mi padre Adolfo Tomás y mi tia Mayi, casada con Guillermo Laffaye.
La vida seguía su curso y una tarde, siendo mi padre y mi tía, muy pequeños, mi bisabuela Pascale hecho en falta a su hija menor Marta.
Alarmada, llamó a sus asesores y amigos(H.V.y N.V.),para comunicarles su inquietud...
Cual no sería su estupor, cuando dichos amigos le aconsejaron que le preguntase al Sr.
Trefault, donde estaba su hija Marta (que solo contaba 17 años de edad).
Cuando se descubrió la verdad se armó un escándalo mayúsculo! ! ! No conozco demasiado sobre este penoso asunto. Solo sé que Trefault y Marta se fueron a Chile y allí vivieron de por vida.
Mi abuela Lorraine, quedó tan dolida y humillada por esto, que cuentan, que no salió de su casa por 2 años. Solo escuchaba misa en el oratorio de la casa de su madre, que era donde residía después que su marido la abandonara por su hermana.
Pero ,mi bisabuela Pascale, que era una mujer inteligente y de carácter, logró hacer divorciar a mi abuela del Sr. Trefault,le quitó la patria potestad sobre sus dos hijos
Adolfo T. y Mayí y le incautó todos sus bienes en la Argentina, que pasaron a nombre de mi abuela Lorraine. Esta tuvo la dudosa notoriedad de ser una de las primeras 10 mujeres divorciadas de la Argentina.
Los niños crecieron y llegó el la época de que fueran al colegio. Así que mi padre, que de ahora en adelante llamaré Tito, fué pupilo al Colegio jesuita Del Salvador, donde solo salía una vez por mes.
Cuando contaba 10 años, una de esas veces que salió, cogió un tranvía para llegar a su casa. Antes de arribar a destino, se le acerca un señor con perita (barba de menton) y chistera y le pregunta si se llamaba Adolfo Trefault a lo que Tito contestó afirmativamente ; cuando este SER le dice que él era su padre, Tito ,al que en su casa le habian dicho que su padre había muerto,se quedó anonadado. CUENTA Tito, que se bajó inmediatamente del tranvía y que se quedó vagando por las calles, totalmente confundido.No me enteré nunca ,cómo le hicieron conocer la verdad, pero supongo que habrá sido bastante traumática.Llegó a mis oidos que Tito era la viva imágen de su padre.
Pasaron los años .....Mi bisabuela Pascale, viuda a los 30 años y con 7 hijos para criar, siguió administrando la fortuna que le dejó su marido al morir, con mano firme y muy buen asesoramiento de sus letrados H.V. y N.V., con los que sentó una gran amistad.
Siguieron casándose los demás hijos y para entonces Tito, habiendo terminado su bachillerato, le pidió a su abuela, que lo dejara trabajar en el campo. Eso era lo que mas le apetecía. Pero Pascale,que adoraba a su nieto Tito, le contestó que de ninguna manera toleraría que su nieto no se recibiera de alguna carrera unversitaria. No importaba cual ! !Las vacas seguirian estando en el campo para cuando él volviera con su título.
Supongo que a esa matriarca, era muy dificil decirle que no. Así que Tito pensó cual podía ser la mejor carrera y se decidió por Ingeniería Civil.
A todo esto, debo decir que mi bisabuelo paterno Martín Ipharraguirre y mi bisabuelo materno Pedro Ordoqui ,se conocian de larga data porque habían sido socios en los primeros tiempos de su llegada de Europa.Los dos eran vascos, Martín del otro lado de los Pirineos y Pedro ,de San Sebastian.
Don Pedro Ordoqui tenía una nieta muy guapa ,llamada Sarita Ordoqui. Como las familias eran amigas y se visitaban ,llegó el día en que Sarita y Tito,se conocieron,se enamoraron y se casaron en el año 1922. Tuvieron muy mala suerte con los dos primeros hijos (varones) y nacieron muertos, ahorcados con el cordón umbilical.
Parece ser que Tito desilusionado con tanta fatalidad, no quería tener más hijos, pero Sarita no pensaba de la misma forma.
En el año 1930 nacía una niña sana y salva a la que llamaron Maria Sara que lamentablemente llamaron Chochi hasta el último suspiro. Sólo diré que uno no es responsable de los motes que le endilgan.
Ya aparecen los primeros desentendimientos entre Sarita y Tito (madre y padre míos). Sarita se muda a casa de sus padres, porque su marido Tito no le perdona haber quedado en estado de buena esperanza sin su consentimiento. En fin, que Tito empezó a salir por su cuenta con otras señoras y Sarita no lo pudo tolerar.